El
Colectivo Agar, compuesto por teólogas ecuménicas y feministas, viene hoy a
conmemorar un año mas de la institución del Día Mundial de las Mujeres, proclamando
nuestra admiración y agradecimiento a todas y cada una de las mujeres que nos
anteceden en las luchas por nuestros derechos y libertades tanto políticas como
sociales, y en especial a aquellas que levantaron y levantan sus voces en
contra del opresor, abusivo y violento patriarcado religioso que ha dañado las
vidas de tantos y tantas, aún las de quienes no tienen voluntaria relación con
el hecho religioso.
Denunciamos
las religiones que dan origen a múltiples formas de violencia, como por ejemplo
al pecado estructural, al sometimiento forzado a autoridades masculinas jerárquicas,
a los fundamentalismos moralistas sobre nuestros cuerpos.
Denunciamos
la violencia religiosa en la vida diaria de las mujeres, ejercida
a través de la promoción de los mitos que impulsan
la opresión sexual, la maternidad como única opción de
vida y la sumisión a los hombres.
Denunciamos
que la sacralización de la abnegación y
el sufrimiento de las mujeres, tiene como resultado la imposición y el
reforzamiento de la desigualdad de género.
Denunciamos que el abuso de poder, la perpetuación de las
desigualdades y la vulneración de los derechos, dentro de las
estructuras eclesiales, se imponen principalmente contra las mujeres, lo
que se traduce en que incluso en algunas iglesias, no esté permitido que ellas
dirijan la liturgia.
Denunciamos
que la pedofilia en las iglesias tiene UN SEXO y que los principales y últimos
responsables de tal aberrante práctica, son los líderes religiosos hombres.
.
Demandamos
el derecho de poder desarrollar nuestras espiritualidades en espacios seguros,
libres de abusos, libres de jerarquías de dioses masculinizados y libres del patriarcado como cultura religiosa
dominante.
Trabajamos
para promover mujeres libres que se muevan en relaciones horizontales justas.
Mujeres que al hablar de Dios y/o de lo trascendente, lo hagan desde una
espiritualidad feminista, entretejiendo sus historias de mujeres con el
misterio de lo divino.
Para
finalizar, declaramos que como grupo humano, tenemos el desafío y el deber ético de evangelizar (entendido el
término como “entregar buenas nuevas o noticias”) al imperio de la cultura
patriarcalmente opresora y de re-significar las riquezas naturales como parte
de nuestras espiritualidades.
Colectivo
Agar.