lunes, 15 de agosto de 2011

Dios como Madre Justa.


Establecer la compasión por la justicia.
Al hablar de Dios como Madre-Creador (a) , se establece una conexión
particularmente interesante entre cuidado materno y justicia, poniendo de
relieve la dureza inherente a la experiencia materna. A primera
vista, la yuxtaposición de cuidado materno y ejercicio de la justicia puede
parecer chocante, especialmente ante la visión romántica de la maternidad.
Pero las madre tienen un compromiso con el bienestar de sus hijos y están
dispuestas a castigar todo lo que pueda dañarlos.
Como explica la teóloga McFague:
“La metáfora de Dios como madre que estamos considerando
no está construida sobre estereotipos de ternura, delicadeza,
piedad y sentimentalismo, sino sobre la experiencia femenina de la
gestación, el parto y la lactancia. Esta experiencia en la mayoría de
los animales y también en los seres humanos, no engendra
atributos de debilidad y pasividad, sino cualidades que contribuyen
 a la defensa activa de los hijos, no sólo para que existan, sino para
ser alimentado y crecer. Todo lo que frustre ese propósito es
combatido, incluso con fiereza, como se ve claramente en las osas y
las tigresas…quienes generan vida tienen un compromiso
con ella, y juzgarán incluso con ira lo que impida su realización”.
Creando y sosteniendo el universo.
Dios como Madre se preocupa
 no sólo del bien de individuos privilegiados,
sino del bienestar de todo el hogar del mundo.
Su compromiso materno motiva a una opción preferencial
por los últimos, los que están más abajo, los más
insignificantes, estableciendo así un orden justo,
promoviendo actividades humanas que traten de
reducir el desequilibrio. Dios como madre es,
por tanto, un aliado del interés por la justicia y exige a
los (as) “nacidos(as) de Dios” una ética de
preocupación por la justicia.
“La que es” por Elizabeth Johnson.
Red del camino Agar, teología desde y para las mujeres.

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